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martes, 30 de octubre de 2007

REUNION CLINICA: 23/10/07

El martes 23 de octubre se realizó la segunda Reunión Clínica.
En esta ocasión Verónica Fernandez presentó un material que mostró como la apuesta del analista permitió alojar a un sujeto en el dispositivo analítico, a pesar de la fragilidad que el joven presentaba en la relación al Otro.
También se pudo ubicar en el material el valor de las entrevista preeliminares que permiten ir ubicando, recortando, localizando al sujeto y sus modos de goce. Como dice Miller en Introducción al Método Psicoanálitico, las E. P. tienen la función de transformar la persona que vino en sujeto, podríamos decir también crear un intervalo entre el dicho y el decir.
Además, lo presentado nos permite preguntarnos sobre nuestra clínica actual y la respuesta del analista hoy?
Efectivamente hoy debemos estar preparados para maniobrar con sujetos que se presentan bajo la forma de la urgencia, que requiere de una intervención inmediata pero también calculada para cada momento.
Es responsabilidad del analista intervenir desde esta perspectiva desde el comienzo.
Betina Nannini
Grupos de investigación :
"La Histeria en el Horizonte de nuestra época"
Texto de Mariel Giovanardi.
La histérica se interroga sobre el deseo y se pregunta ¿qué es ser una mujer? Pregunta que no puede contestarse, pero cuya respuesta ella cree que sí tienen otras mujeres… o por lo menos cuya respuesta está entre otra mujer y un hombre.
Dora se interroga sobre el deseo y sospecha, como toda histérica, que otra mujer tiene la respuesta a dicha interrogación, que otra mujer sabe qué cosa es el deseo, quedando así atrapada en el centro de los entrecruzamientos sexuales – su padre, su madre, la señora y el seños K.- Queda colocada en medio de una complicada circulación de acuerdos y silencios cumpliendo su papel hasta que el señor K. confunde la letra del papel que se le tenía asignado y comienza a caer el velo.
Cuando el señor K. le dice a Dora "Mi mujer no es nada para mí", entonces… ¡paf!, la bofetada. Es la catástrofe, la caída de la ilusión por la cual Dora soñaba con acceder a la femineidad. Cito a Lacan en el Seminario IV: "¿Cuándo le da una bofetada? No cuando la corteja o cuando le dice que la ama. No, incluso cuando la aborda de una forma intolerable para una histérica.
Es en el momento en que le dice –Ich hebe nichts an meiner Frau". Y es este nada que profiere el señor K. lo que lo deja fuera del circuito. "Dora puede admitir que su padre ame en ella, y a través de ella, algo que está más allá, la señora K., pero para que el señor K. resulte tolerable en su posición, ha de ocupar la función exactamente inversa y equilibradora. A saber, que Dora sea amada por el señor K. más allá de su mujer, pero en la medida en que su mujer es algo para él".
"La situación se desequilibra, Dora se ve relegada al papel del puro y simple objeto, y entonces empieza a ponerse reivindicativa. Reivindica el amor de su padre, algo que hasta ahora se mostraba dispuesta a considerar que recibía, aunque por mediación de otra".
En la histeria, la mujer nunca está sola sino en un triángulo amoroso. La histérica necesita de la otra mujer, de la que sabe del misterio.
A Dora no le interesa gozar con el señor K., le interesa sostener al hombre del deseo. Y es por la vía de hacer consistir a la otra mujer que rechaza entrar en el circuito de los intercambios.
La histérica está convencida de su propia mascarada. Si toda mujer deberá disfrazarse, es decir portar atributos fálicos, jugar a parecer para ir a buscar en el hombre el pene y con él al hijo, aceptando que ella no lo es ni lo tiene. La histérica creída por momentos que ella lo es, no buscará en el hombre el pene; por esto colocará al hombre en posición de preguntarse qué cosa es lo que ella desea.
En la época de antaño la sociedad imponía a las mujeres severas restricciones en el terreno sexual y social, favoreciendo el desarrollo de actividades y funciones maternales. En la época actual, las mujeres han adquirido un lugar de fuerza en lo laboral y como consecuencia de ello un nuevo Ideal a alcanzar y un nuevo conflicto. La mujer histérica actual hace de la privación una fuerza terrible, desesperándose por ver realizado su tener fálico.
En un interesante artículo llamado "Nuevas virilidades de nuestro tiempo", Mónica Torres toma la referencia que hace Lacan sobre las nuevas virilidades. En el capítulo 24 titulado "De Juan el fetiche al Leonardo del espejo" del Seminario IV, Lacan hablando del porvenir de Juanito, dice: "esa gente encantadora que espera que la iniciativa venga del otro lado –esperan, para decirlo todo, que le quiten los pantalones."
Mónica Torres toma esta referencia y un artículo que Kojève escribe a propósito de la lectura de dos novelas de Françoise Sagan: Buenos días tristeza y Una cierta sonrisa. Siguiendo el artículo va a ir ubicando la decadencia de lo viril a través de tres padres del conocimiento, los padres del saber que representan la virilidad de una época: Napoleón, Hegel y Sade. Luego tres contemporáneos de Lacan: Malraux que escribe sobre cuestiones de honor, Heminway sobre mujeres y toros y Motherland quien escribe una versión de Don Juan. Kojève refiere en tono de burla a estos escritores como los "profesionales de la virilidad" y compara los personajes con los de las novelas de F.Sagan; estos últimos, caballeros sin botas y sin armaduras que están en pijamas, en batas o espantados de las "nuevas patronas".
"Se ve claramente que la virilidad de Hemingway, que es un hombre con las botas puestas, y que a demás a escrito muchísimo sobre mujeres y toros –que es también la temática de las pinturas de Picasso- no es la misma virilidad de estos hombres en pijamas que describe Françoise Sagan, que describe Kojève con ella y que sería la virilidad de Juanito de adulto y que podemos encontrar en la comedias de sobre de rematrimonio de Hollywood que justamente apuntan a los años 40."
En esta nueva virilidad, que no es la virilidad del obsesivo, el sujeto se encuentra en una relación edípica atípica, la solución en la relación del sujeto con el sexo se produce por la vía de la identificación con el ideal materno. No hay forclusión del Nombre del Padre pera la transmisión del Nombre del Padre no pasa por el padre real. Se trata de una clase de hombres que dejan la iniciativa a las mujeres.
En la época actual, a diferencia de la época freudiana que referenciaba a Otro consistente que decía "no", en la época de la decadencia de lo viril y de las nuevas patronas se presenta para la histeria nuevos modos de vivir la pulsión, el amor y el deseo: rechazo de la castración, decadencia del amor y mandato a un goce igualitario e ilimitado.