NO SE NACE MUJER, SE DEVIENE
Para introducir el tema del
seminario Fémina, que se dictará el
martes 26/06/12 en el marco del 2do encuentro del ciclo de Seminarios de DIALOGOS ClíNICOS 2012 me pareció oportuno desplegar algunas
referencias de lo que charlaremos en esa jornada.
1.
Sexo biológico y sexuación:
Para el
Psicoanálisis la sexualidad biológica o anatómica no determina la posición
sexuada de un sujeto.
Esto lo
demuestra la transexualidad. Es decir, que la base biológica, el sexo con el
que nacemos, no demuestra nuestra identidad sexual. Se asume la condición
masculina o femenina por los avatares que cada sujeto va armando en la trama de
significaciones que advienen en el encuentro con en Otro, lugar del lenguaje, y
con los otros, el partenaire de turno.
La elección es
desde ya, inconsciente.
No hay
sexualidad natural, hay que pasar por las vías del Otro, por las estructuras
elementales del significante, de lo simbólico, de lo imaginario, de los
semblantes, para asumirse como hombre o como mujer.
Es el
tratamiento subjetivo de una constatación primaria en la mujer (siendo una
niña) del “no tener” que se menciona como falta o privación. Para ambos sexos,
masculino y femenino, todo se ordena en relación al Falo, todo se ordena en
relación a tenerlo o no tenerlo.
Freud anticipa que para la mujer el recorrido
de la sexualidad es más difícil y
complicado que el del hombre.
Aquí ya tenemos
los elementos mínimos intervinientes: la mujer llega a la problemática edípica
como a un puerto, donde el deseo de pene queda reemplazado por el deseo de un
hijo.
3.
Un goce que no es fálico
Con los
aportes de Lacan sobre la sexualidad femenina nos encontramos con otra
perspectiva para pensar algunos fenómenos de la clínica que no pueden ser
explicados por la lógica falo-castración.
La feminidad
ha sido siempre un misterio, lo es para los hombres cuando profieren la frase
tan conocida:…pues entonces ¿qué quiere una mujer?.
También para las propias mujeres.
Para ambos
sexos lo femenino es un continente oscuro como definía Freud hace mucho tiempo.
Es lo que
genialmente Borges sabe captar como un punto no localizable en la condición femenina. En un
reportaje le preguntan qué puede decir del espíritu femenino? Responde de lo que no existe no me
pregunte.
Leyó a Lacan?
Lacan a Borges?
Hay en ellos
una coincidencia, ubican el carácter indeterminado de lo femenino, allí donde
no hay identificaciones posibles para localizar el ser de una mujer.
Podríamos
ubicar estos lineamientos anteriores como de estructura, los avatares de la
sexualidad femenina serán siempre estos, pero no debemos olvidar que las nuevas
configuraciones simbólicas, el nuevo orden simbólico que se ha establecido
incide en la clínica actual.
Las mujeres
hoy han conquistado nuevos espacios, se han emancipado socialmente, algunas
ocupan lugares tan importantes como los hombres, se habla de igualdad de
género, si, esto está vigente, y modifica los semblantes de la feminidad.
Pero creo
entender que esto no es lo nuevo para pensar en la asunción de lo femenino.
Cuando se
trata de la condición femenina hay que admitir que la poesía entendida como
función poética tiene algo nuevo que decir (1). Lo que es equivalente a decir
que la función poética de la palabra tiene un valor esencial en el erotismo femenino.
BEATRIZ NANNINI